martes

Igual a voz

Para ese perro vagabundo y yo,
existe un solo camino.
Buscando entre tanta basura, entre tanta gente
algo que nos pueda servir, para no morir.

Caminamos solo por el hecho de hacerlo,
trabando las heridas y buscando
una mano amiga en quien descargar las penas.

Cuando miramos a los humanos
nos preguntamos:
¿qué paso con los pájaros de las miradas?
Tal vez anidaron en lo estable de la rutina
en lo que se permite, en lo que los aburre.
en la comodidad de las tardes frías en el hogar
en los brazos de la indiferencia
que los pierde
y que les miente.

Perro amigo...
crees que mirando el cielo, como yo lo creo,
hallaremos una nube que nos hable de ella
o tan solo esa estrella prisionera de la noche negra.

A veces me sigues de cerca,
a veces te sigo yo.
pero siempre es por compartir el camino
para no estar a solas,
para estar conmigo
para que a ninguno de los dos
lo sorprenda la muerte con el frío
tu a mi lado y yo contigo.

FIN

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