La recuerdo tan libre como los besos de la calle,
tan mujer como las que pueden sacar al mundo de sus delirios.
La recuerdo de tanto forzar al recuerdo;
esa eterna maldición poeta, de intentar convencer al tiempo.
La recuerdo tan delgada como bella su sonrisa,
tan llena de vida, pero de esa vida que se vive,
con las flores del sobresalto y rebeldías
y no la que pasa de largo por entre los brazos de la rutina.
La recuerdo sin los retratos cursis que nunca nos sacamos,
entre mis tasas de café y el cigarro que por ella deje mendigo.
La recuerdo como recuerdo los buenos tiempos,
los cadáveres exquisitos, las “curitas” de las almas y tambien la de los dedos.
La recuerdo tan distinta, desde como vestía hasta lo que decía
de visitar Venecia juntos, y aceptar su dinero para mi colectivo,
los paseos en el parque bajo el sol de las mentiras
para crear el mundo etéreo en que vivía y solo yo entendía.
La recuerdo desde su primer mirada furtiva,
como también su alma era furtiva,
La recuerdo cual rosa roja en el gris pantano del aula
como si esperase qué mis manos ladronas la rescataran
Pero recordar es reescribir todo de nuevo, por ello no esta tan lejos
detrás de cada calle que ahora conduzco, y no camino,
esta escondida entre las baldíos de la memoria;
Esa memoria que con amor nunca se olvida,
que un día, tan cualquier día como hoy,
sin prejuicios... se permito ser mía.
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hermoso poema. ya creo qeu si, recordar es reescribir
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