Todas las mañanas
Pidiéndole al tiempo que no venga
Levantándome el ánimo con una promesa
y existe un gesto esbozando una tristeza.
Todas las tardes
Volviendo al geriátrico de sueños
rodando la avenida para escapar del miedo
y un reloj que marca siempre lo inevitable.
Todos los atardeceres
Consolando el alma con una pequeña espera
Ultrajándome el pulmón y los poemas
y hay uno que no me cierra,
ni por dentro ni por fuera.
Todas las noches
Esperando el alba para pedirle al tiempo que no venga
mientras bebo del vaso del recuerdo y no recuerdo.
Toda el alba
Intentando desgarrar el almanaque del tiempo
Persiguiendo razones que son hojas de invierno
y hay un sol que me esta muy lejos.
Toda mi vida
Resucitando y naciendo en algún verso
Mendigando y regalando mi sangre
y existe alguien que sueña un sueño compartido.
Pero todo es en vano
El tiempo hace caso omiso a los poetas.
Fin
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